Mu Tingfeng había notado casi instantáneamente la inusual reacción de Zhao Youlin. Frunció el ceño y en silencio se extendió para sostener la mano derecha de Zhao Youlin, que se había cerrado en un puño. Suavemente pero con firmeza, abrió su puño. Luego, entrecruzó sus dedos con los de ella y unió sus manos para evitar que Zhao Youlin se hiriera a sí misma debido a la fuerza excesiva.
El calor familiar que venía de la palma de su mano calmó el corazón inquieto de Zhao Youlin, que se había agitado debido a alguna especulación que acababa de formar en su mente.
Zhao Youlin giró la cabeza para mirar a Mu Tingfeng. Sacudió la cabeza, indicándole que estaba bien.
A juzgar por su reacción, Mu Tingfeng no le creía. Apretó más fuerte la mano de Zhao Youlin, como si intentara compartir la turbulencia interna que Zhao Youlin sentía en ese momento.