—Yo-Yo esperaré por ti en el vestíbulo, señorita Moyu —Cheng Ning miró a su jefa y a Feng Tianhua de manera incómoda. Creía que Feng Tianhua debería dejar de molestar a su jefa. ¿No fue él quien la abandonó en primer lugar? Si acaso, no debería culpar a Tang Moyu por la desgracia que les ocurrió.
—¿Me odias tanto? ¿Que elegirías casarte con mi hermano solo para fastidiarme? Tang Moyu, nunca pensé que te rebajarías tanto solo para vengarte de mí —escupió con desdén en el rostro de la emperatriz, su confusión e irritación evidentes en sus ojos.
—Feng Tianhua! ¿Estás loco? —ella le espetó—. No me digas que estás pensando que Tianyi y yo mentíamos sobre nuestro matrimonio y relación.
Cuando Feng Tianhua no dijo nada en respuesta y Tang Moyu vio que su mandíbula se endurecía, su enojo subió a otro nivel.