Queda solo una semana antes de que ella deje oficialmente el Grupo Yun, sin embargo, Su Jingyi sentía que el tiempo pasaba demasiado rápido para su gusto. No importaba cuánto intentara convencerse de que se acostumbraría a no ver a Yun Zhen más, no podía evitar sentirse decaída cuando pensaba en no estar con él nunca más.
—Ja. ¿Qué tan patética puedes ser, Su Jingyi? Aún pensando en él cuando deberías estar preocupada por tu futuro —se dijo a sí misma mientras miraba al cielo a través de la ventana de su oficina, la misma que había usado durante los últimos años.
Ya casi era hora de dejar este lugar. Su Jingyi tenía tantos recuerdos aquí y había ganado bastantes amigos en los que podía confiar, incluyendo a Yun Zhen, pero la idea de liberarse del dolor que él le había infligido inconscientemente sonaba tentadora. Ella era la culpable aquí, ya que fue quien desarrolló sentimientos por él con el tiempo.