Li Meili jamás permitiría que nadie llamara a su bebé un bastardo, aunque fueran sus propios padres. No estaba segura de cómo tomarían la noticia de que iba a tener un hijo fuera del matrimonio, pero no le quedaba más remedio que hacer todo lo posible por proteger a su bebé.
—He estado pensando... que quizás podrías pedirle a Zhang Jiren que se case contigo en su lugar —escuchó decir a su hermano, lo que hizo que Li Meili lo mirara como si hubiera perdido la razón.
—¿De qué diablos estás hablando? ¿No estarás menospreciando a mi bebé, verdad? —ella le espetó, apretando el puño con fuerza sobre la manta que reposaba en su regazo.
—No, pero lo que él dijo antes tiene sentido para mí. Meili, no quiero verte discutir más con papá y mamá. Puede parecerte injusto, pero no creo que papá lo tome bien si se entera de que estás embarazada. Si tiene otro ataque al corazón, temo que esta vez no sobreviviría.