En un abrir y cerrar de ojos, ya era el sexto cumpleaños de los gemelos Feng. La Mansión Feng estaba llena de charlas y todos estaban ocupados con los preparativos para la celebración de esa noche.
La seguridad alrededor de la mansión estaba más estricta que nunca, y cada persona que entraba y salía de la propiedad era rigurosamente revisada para asegurarse de que nadie se atreviera a causar un escándalo o arruinar el día especial de los pequeños bollos.
Mientras esperaban que llegara la noche, Xiao Bao y Pequeña Estrella acompañaban a su abuela, probándose diferentes ropas nuevas que Song Huifen había traído para ambos.
Tang Moyu quería discutir que aún había al menos dos armarios que contenían ropa sin usar de sus niños desde la última vez, pero al ver cómo los gemelos emocionadamente se probaban y posaban frente a su suegra, decidió dejarlos estar.