Li Meili le contó acerca de los sucesos en la competencia y Zhang Jiren escuchó atentamente. No había pensado que ese tipo de cosas sucedían en un concurso tan prestigioso, pero no estaba sorprendido en lo absoluto.
Li Meili jugueteaba con un mechón de su cabello, su mirada recorriendo la habitación, finalmente notando algunos de los detalles que había pasado por alto antes. Había un móvil colorido y brillante rotando sobre la cuna. Ya que pudo convencer a su esposo de no arrancar el suelo de madera noble, Zhang Jiren decidió cubrirlo con alfombra en su lugar.
Del otro lado de la habitación, había juguetes de dinosaurios y osos de peluche colocados ordenadamente sobre los cajones. Junto a la cuna, había una mecedora bien acolchada que sin duda estaba preparada solo para ella.
Zhang Jiren estaba cumpliendo bien su papel, lo que hacía sentir a Li Meili un poco culpable al respecto. ¿No estaba él exagerando su actuación? ¿Realmente tenía que hacer todo esto por ella y Leyan?