Escuchar el nombre de su madre de los labios de la anciana hizo que Tang Moyu sintiera que le habían echado agua fría sobre la cabeza. Se quedó mirando a la enfermera retirada durante unos segundos, sin decir nada.
—¿C-cómo la conoce? Si no le importa que le pregunte, claro —dijo una vez que se recuperó de la sorpresa—. Pensar que encontraría y conocería a alguien que había conocido personalmente a su madre biológica en este lugar... ¿era suerte?
La anciana frunció los labios como si estuviera temerosa de algo. Se frotaba los brazos mientras miraba alrededor.
—Sé quién es usted Señorita Tang. Sé que usted es la hija de Yu'er, pero no quiero que la familia Zhang venga tras de mí —dijo nerviosamente. Avistó a dos hombres parados a unos metros de ellas, pero suspiró aliviada al darse cuenta de que eran los guardaespaldas de Tang Moyu.