Zhang Jiren se movía en silencio mientras subía las escaleras y abría suavemente la puerta de la habitación de la niñera de su hijastra. En la mecedora junto a la cuna, Li Meili sostenía a su hija que se negaba a calmarse y continuaba llorando a gritos.
Se sorprendió cuando se abrió la puerta y vio a Zhang Jiren mirándolas. Sus labios temblaban mientras emociones complejas la inundaban. Li Meili quería gritarle, regañarlo y golpearlo por hacer que se preocupara por su paradero, pero no lo hizo. Sin embargo, su expresión la delató ya que Zhang Jiren entendió de inmediato la desesperación que había visto en sus ojos.
Sus ojos estaban enrojecidos y mostraban restos de lágrimas indicando que acababa de llorar junto con Leyan. Mechones de su cabello negro medianoche enmarcaban su pequeño rostro; los mechones habían escapado del desordenado moño en la parte superior de su cabeza.