—Cuelguen a esa mujer en algún lugar donde no la vea. Quiero que desaparezca de mi vista... permanentemente.
Hubo un largo momento de silencio después de las órdenes de Sunny. Todo lo que pudieron hacer fue mirar cómo la princesa heredera recogía los cubiertos para continuar comiendo, sólo para pausar y levantar su pequeña cabeza.
—¿No me escucharon? —preguntó, parpadeando hacia los caballeros reales—. ¿O deberé hacerlo yo misma?
—¡Su Alteza! —Lady Julienne golpeó la mesa con sus manos al levantarse. Sus ojos abiertos temblaron al mirar a Sunny, incrédula ante la obvia exhibición de abuso de poder—. ¡Perdone mi atrevimiento, sin embargo, creo que tenemos un malentendido!
—¿Malentendido...? —Sunny parpadeó dos veces, inclinando su cabeza hacia un lado—. ¿Acaso malinterpreté que usted falta al respeto al emperador justo frente a mí y en su territorio donde usted está parada ahora?