El invitado inesperado

Las damas estaban emocionadas, sabiendo que sus cámaras estaban preparadas según las preferencias de las damas. Era sorprendente, pero ese gesto que mostraba el Imperio Haimirich con las candidatas era agradable. La razón por la que tenían curiosidad acerca de qué tipo de preferencias tenía Aries; sus cámaras darían pistas a ellas por el color, los muebles y el ambiente e interior en general.

Aries se detuvo frente a sus cámaras, mirando hacia atrás a ellas. Estaba nerviosa pero se dijo a sí misma que no lo estuviera, ya que Abel estaría muy ocupado en su cancillería.

—No había tenido invitados desde hace bastante tiempo, así que me disculparé de antemano si cometo un error —expresó, con la mano en la perilla de la puerta.

—Señorita Daniella, ya nos llamamos mutuamente sin honoríficos. ¿Por qué creerías que nos importaría si te relajas? —Suzanne soltó una risita, echando un vistazo a Sybil.