[Capítulo extra] Una carta de un viejo amigo

—No subestimes nuestro hogar. No me volví loco por nada, Aries.

Aries cerró los labios en una línea delgada mientras sostenía la mirada de Abel.

—Tenías razón —dijo, moviendo la cabeza mientras lentamente fijaba los ojos en el sobre—. Creo que debería reaprender aritmética.

—Heh. Estoy disponible —aplaudió, moviendo las cejas de manera juguetona cuando ella le lanzó una mirada lateral—. Resulta que estoy realmente interesado en este tema y mi conocimiento sobre él era vasto.

—Tendré que revisar mi agenda para eso —respondió Aries distraídamente mientras abría la carta e ignoraba las distracciones a su alrededor.

Por supuesto, si Abel iba a molestarla, tenía un motivo detrás de eso además de aclarar cosas. Y su razón de hoy era hacerse un lugar mayor en su apretada agenda. Sus noches juntos eran demasiado pocas para él.