[ TIEMPO PRESENTE ]
Esa fue la última y más memorable memoria de Isaías sobre Aries. Aunque Isaías la entrenó en su habilidad con la espada y hasta se ofreció voluntariamente a ser su mentor en la hechicería, esa conversación en el jardín del Palacio de la Rosa dejó una profunda impresión en su mente.
Y en un momento como este, no pudo evitar hacer un rápido viaje por el camino de los recuerdos.
—Su Majestad —Isaías acarició el borde liso del ataúd que estaba colocado a pocos pasos del altar. En ese momento, Isaías trasladó el cuerpo de Abel a la capilla dentro del palacio imperial, tal como Sunny lo había solicitado—. Han pasado dos años desde que entraste en este largo letargo con todos. Que este letargo termine para que puedas detener su locura. Ella se destruirá a sí misma si esto continúa.
A pesar de lo que había sucedido hace dos años, la preocupación aún llenaba sus ojos.