Si esto fuera un sueño, no la despiertes.

—Un aperitivo perfecto para la dama perfecta.

Aries levantó la vista y sonrió a Fabian mientras este le servía los aperitivos para la cena temprana de esta noche.

—Fabian —lo llamó suavemente—. ¿Por qué no me dijiste?

Fabian mantuvo su sonrisa con los ojos entrecerrados.

—Estaba... ocupado, Su Majestad.

—¿Ocupado preparando este banquete? —sus ojos recorrieron la mesa y el banquete que Fabian había preparado él mismo—. Una cosa era segura. No había otras personas en esta mansión aparte de nosotros cuatro.

—Deja que el mayordomo haga su trabajo, cariño. Ya fue amable de su parte estar tan preparado —intervino Abel con humor—. Demasiado preparado, debo añadir. Incluso Gustavo necesitaría al menos una semana.

Dexter frunció el rostro ligeramente. No había manera de que esto se hubiera hecho con prisa; todo estaba preparado y perfecto como si le hubiera llevado a Fabian un mes de preparación para este día.