[ MANSIÓN PROHIBIDA ]
La tos de Aries resonó por las cámaras. Ella tosió y tosió hasta escupir sangre, agarrándose con fuerza el pecho.
«Duele…» salió de sus labios, desplomada en el suelo cerca de la cama.
Aries centró su mirada en el vaso de agua colocado en la mesilla de noche. El calor y el dolor que de repente la atacaron hicieron que su cuerpo entero hirviera, constriñendo sus pulmones como si algo hubiera rasgado profundamente su cuerpo. Sin embargo, no había sangre en su cuerpo aparte de la gota de sangre en su palma debido a su intensa tos.
«Hah…» su respiración se volvía más pesada con cada segundo que pasaba. Pronto, su visión comenzó a nublarse. Gotitas de sudor se formaron en su frente, empapando su espalda y nuca.
Antes de que Aries pudiera hablar, actuar, o incluso pensar, perdió el conocimiento. Su cuerpo cayó al suelo con un ruido sordo, desmayándose en el frío suelo con su palma abierta, revelando la sangre en ella.
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