Tenía un amante

El viaje a Ritan fue largo y difícil. Para limitar la posibilidad de ser atacados por bandidos, tuvieron que viajar con los menos descansos posibles. El terreno consistía en extensos bosques con animales salvajes, bosques interminables y manantiales ocasionales.

Solo tomaban dos descansos al día: uno por la tarde para almorzar y otro al anochecer. Solo tres criadas acompañaban a la Princesa para asegurarse de que estuviera cómoda, pero había poco que podían hacer para ayudar a Lina en este peligroso y turbulento viaje.

—Déjenme aquí —dijo Lina.

El viaje en carruaje era inestable y había muchos baches en el camino rocoso. Se había vuelto tan malo que Lina había optado por montar a caballo durante todo el viaje. Sus criadas habían protestado enérgicamente, pero estaban demasiado exhaustas para discutir, así que permanecieron en el carruaje.