Al final, el Señor Chua falló una vez más en oponerse a las súplicas de su hija. Pidió a Harry que lo acompañara de vuelta a la mansión Chua en su lugar, asegurándole a este último que el guardaespaldas personal de Kenzie, Kimmy, se quedaría con ella hasta que se recuperara.
—Esa niña puede ser terca a veces. Odia que la traten como a un bebé —comentó el Señor Chua. En el fondo, no podía creer que su hija realmente lograra convencerlo de nuevo tan fácilmente, y allí estaba él, de pie mintiendo y fabricando excusas delante de Harry.
Harry rió entre dientes y comentó —es comprensible Señor ya que está en la flor de su juventud. Honestamente me cae bien y estoy deseando conocerla más...
No iba a creer a Daryl cuando le dijo que Kenzie era su mujer... Y aunque eso fuera cierto en cierta medida, los dos no estaban ni siquiera casados como para que pensara en retirarse.