Comodidad en sus brazos

Kenzie acababa de terminar de ducharse y cambiarse a su camisón. El clima estaba caliente, así que llevaba un camisón delgado. Estaba a punto de saltar a su cama y descansar su cuerpo y cerebro agotados cuando Kimmy tocó y entró en su habitación.

—Kimmy, realmente estoy bien. El médico ya me quitó el yeso y ya estoy lista para patear traseros. ¿Quieres una muestra? —murmuró con los labios fruncidos porque Kimmy solía exagerar cuidándola.

—Jefe, sé que estás lista. Estoy aquí porque hay un problema con Daryl, así que pensé que debería informarte primero antes de hacer cualquier movimiento —informó Kimmy.

—¿Qué pasa con él?

—El coche de Daryl está estacionado cerca del portón —respondió Kimmy.

—¿Confirmaste que era su coche? —preguntó Kenzie.

—Sí, es su matrícula. ¿Debería pedir a seguridad que se acerque y se asegure? —preguntó Kimmy.