Impresión aterradora*

La mañana siguiente, Kenzie se despertó con una radiante sonrisa en su rostro al ver a Daryl aún dormido, pero abrazándola con fuerza.

—Qué hermosa vista para despertar —susurró antes de acercarse y llover besos sobre su rostro antes de posarse en sus labios.

Daryl abrió los ojos lentamente cuando sintió algo húmedo y suave en sus labios. Sonrió y rozó la boca de Kenzie.

—Buenos días bebé.

«Esta es una forma tan agradable de despertar», pensó para sí mientras se giraba encima de Kenzie y movía las piernas de ella para posicionarse cómodamente entre sus piernas. La besó apasionadamente mientras su mano acariciaba cada parte de su cuerpo por la que pasaba mientras se movía hacia el dobladillo de su camisón.

Su esposa era una dama extraordinaria. Desde la primera vez que hicieron el amor, ella no había vuelto a usar ropa interior bajo su camisón.