La parte más esperada del día finalmente había llegado. En el momento en que comenzó a sonar la canción de su boda, Kyle sintió una oleada de emociones en su corazón que no pudo evitar emocionarse hasta las lágrimas.
Sabía que era un hombre y que un hombre no debía mostrar su lado vulnerable, especialmente frente a todos. ¿Pero a quién le importa? Hoy era el día de su boda. No había nada de malo en que un hombre se emocionara tanto en este momento. Tenía todo el derecho de sentirse así.
Lloraba por la alegría abrumadora que sentía en este momento. Muchas cosas habían sucedido en el pasado. Pero en esos tiempos difíciles, Sarah fue quien permaneció a su lado.
Sarah fue su compañera en la gestión de varios casos, y ahora se convertiría en su compañera oficial en la vida, no como una colega sino como su esposa.