desvelando la verdad 1

Roselia pov.

Sujetaba la carta firmemente entre mis manos y caminaba hacia el carruaje, tomando una profunda respiración.

—Su alteza me entregó la carta. ¿Nos vamos ya? —pregunté, inclinando mi cabeza, aunque temía que mi peluca se cayera.

—Claro, ve y siéntate en el carruaje de los criados —asentí y me dirigí hacia el carruaje. Había una sola chica en él que me miraba con los ojos entrecerrados. Hasta sus criadas eran como ella.

Una vez que el carruaje arrancó, me sentí un poco más relajada. ¡Me pregunto cómo mi aburrida vida de repente se volvió tan emocionante! ¡Ni un solo día pasa sin una aventura!

—Su alteza, mi señora, hemos llegado —escuché decir al guardia y ambas nos apresuramos hacia la puerta. La abrimos cada una por su lado y la sostuvimos. Una vez que ella salió, pisó mis pies con sus tacones. Hice una mueca, pero no dije una palabra. Ni siquiera se disculpó, como si nada hubiera pasado. Me pregunto cuántas veces habrá hecho esto.