Cuando Elly Campbell escuchó sus palabras, miró de reojo a Adam Jones, y justo cuando él giró la cabeza para mirarla, sus miradas se encontraron perfectamente.
En esas profundas y oscuras pupilas de él, una profundidad de afecto indiscutible se filtraba, haciendo difícil para Elly Campbell ignorarlo.
Adam Jones levantó su mano, acariciando suavemente su mejilla, sus dedos trazando lentamente los contornos de sus rasgos faciales, su mirada cada vez más tierna.
—Gracias a Dios, te encontré de nuevo. No puedo permitirme perderte otra vez en esta vida.
Levantó suavemente su barbilla y se inclinó para besarla lentamente.
A diferencia de los besos anteriores, fuertes y salvajes, este era extremadamente suave, con un toque cuidadoso, cariñoso y reconfortante.
También le dio a Elly Campbell un sabor de gratitud sincera.
Su corazón latía aceleradamente bajo su beso, y ella involuntariamente rodeó sus hombros con los brazos, comenzando a responderle poco a poco.