—Recuerdo. —respondió Adam Jones con voz profunda.
—Vamos a escucharlo entonces.
—Aunque compartimos habitación, no puedo aprovecharme de ti casualmente.
—Bueno que lo recuerdes. Ahora quita tu mano, ¿quieres? —dijo Adam Jones, mirando a Elly Campbell con seriedad.
—Pero, esposa...
—¿Cuándo me he aprovechado de ti casualmente? —se acercó Adam Jones con una sonrisa traviesa.
¿No aprovecharse de ella?
¿Las patas que estaban jugueteando en su muslo en este momento pertenecían a quién?
¿Sólo planeaba admitirlo si ella le cortaba esas patas?
—... —Elly Campbell estaba a punto de discutir cuando escuchó a Adam Jones reír y acercarse a su cara, mordisqueando juguetonamente su dedo mientras lo sostenía en su boca.
—Cada vez que me aprovecho de ti, lo hago muy en serio. Nunca es casual.
—Piérdete. —Al caer sus palabras, Elly Campbell levantó el pie y lo pateó alejándolo de su lado.
—¿Estás segura? —preguntó Adam Jones, alzando una ceja y sonriendo.