Elly Campbell echó un vistazo por encima de su hombro, solo para encontrar que este hombre distante y dominante siempre era tan infantilmente juguetón frente a ella.
Para él, ella siempre fue diferente a los demás.
Con ese pensamiento, la sonrisa en los ojos de Elly Campbell se profundizó un poco.
Aprovechando el momento mientras él dormía, no pudo evitar plantarle un beso en los labios, como un gato probando la crema a escondidas, picándolo brevemente antes de retirarse rápidamente.
Pero el hombre se adelantó a ella, agarrándole la cabeza, sus labios se dirigieron instantáneamente hacia los de ella —Un beso no es suficiente, bésame otra vez.
Los ojos de Elly Campbell se agrandaron al mirar al hombre frente a ella que debería haber estado dormido pero que ahora sonreía triunfante, como si hubiese ganado algún premio. Recordando cómo acababa de robarle un beso, su rostro se enrojeció de vergüenza y molestia mientras gruñía:
—¿No estabas dormido?