725. Me complace complacerla y mimarla

Daisy Thompson se sorprendió y aún no había comprendido el significado de las palabras de Adam Jones antes de escucharlo continuar:

—No solo mi esposa no quiere verte, sino que yo estoy aún más reacio a verte. ¿Qué exactamente crees que eres, para asumir que solo porque deseas verme, estoy obligado a reunirme contigo?

—Adam, tú... yo... yo soy tu... tu madre. No importa los errores que haya cometido, soy la que te llevó durante diez meses y te dio a luz con mucha dificultad. ¿Cómo puedes...

—¡Ja!

Adam soltó una risa burlona, interrumpiéndola, —¿Crees que, si no me hubieras llevado durante diez meses y me hubieras dado a luz, seguirías siendo capaz de estar aquí y decir tales tonterías frente a mí?

—Yo...

—Además, voy a mimar y consentir a mi esposa como me plazca; eso es asunto mío. Si ella quiere hacer algo sin mi consentimiento, estoy dispuesto a complacerla. Ciertamente no depende de ti venir aquí e intentar maliciosamente ponernos en contra y acusarla.