—Lleva esto para ella; le encantan estos.
El aroma que golpeó su rostro hizo que los ojos de Elly se iluminaran sutilmente.
La grasienta barbacoa que antes solía desagradarle ahora despertaba su apetito sin esfuerzo.
Cuando extendió la mano para tomar el plato, escuchó a Harry agregar —No te robes su comida.
Obviamente vio el brillo en sus ojos justo ahora que gritaba que se iba a devorar todo el plato ella misma.
—Elly: "..."
Ese Harry había aprendido malos hábitos de su querido dueño de la isla, volviéndose tacaño y avaro.
—Entonces llévalo tú mismo, ¿por qué mi esposa tiene que hacer recados para ti sin ninguna recompensa? —Un cierto esposo sobreprotector se acercó inmediatamente, mirando a Harry con una mirada fría.
—Harry: "..."
Adam ignoró el desprecio en los ojos de Harry, giró la cabeza hacia Elly y dijo:
—Niña buena, espera a que tu marido te haga más barbacoa y no la compartas con nadie más.
—Elly: "..."