784. No hay límite para la estupidez

La sonrisa de Elly Campbell se congeló al instante y la expresión de Helen Melendy se oscureció a su lado. No era sólo Elly quien pensaba que actuaba como si tuviera algún tipo de enfermedad mental, mordiendo a cualquiera sin importar la situación.

Justo cuando Helen estaba a punto de decir algo, Elly la detuvo.

En otras circunstancias, Elly ya habría lidiado con Lily Jones, pero ahora, por el bien de Cristóbal Moore, prefería no armar un escándalo ya que estaban en un lugar público con mucha gente alrededor.

Aunque a Lily no le importara guardar las apariencias por sí misma, Elly aún quería salvar algo de ellas por Cristóbal.

Ignorando a Lily, se giró hacia Cristóbal y dijo:

—Nos iremos primero, que te diviertas comprando —dijo Elly.

—Claro, cuídate, cuñada —respondió Cristóbal.

Cristóbal Moore les abrió paso a Elly y su acompañante.

Después del estallido de Lily, Elly y su acompañante perdieron cualquier apetito que pudieran haber tenido por el postre.