Ella instintivamente levantó la mano para tocar la zona debajo de su nariz, la cual estaba seca, y no había señal de una hemorragia nasal. Silenciosamente, dejó escapar un suspiro de alivio.
El movimiento claramente intencionado por fin hizo que Adam estallara en risas.
Se inclinó y le dio un rápido beso en los labios a Elly. —Esposa, he descubierto que te vuelves más adorable con cada día.
Aún más ruborizada por sus bromas, Elly miró la sonrisa que de repente apareció en el rostro de Adam y, con un poco de molestia, curvó sus labios en una tierna sonrisa mientras se acercaba lentamente a él.
Por un momento, Adam quedó tan encantado con la sonrisa de su esposa que quedó ligeramente aturdido. Al segundo siguiente, un dolor agudo atravesó la parte superior de su pie; su esposa estaba pisándolo sin ninguna piedad.
—Esposa...
—Esposo, he descubierto que tú también te vuelves más adorable con cada día.
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