Adam Jones llevaba dos días en Boston cuando realmente recibió la noticia de que habían encontrado a Jacob Clark.
Sin embargo, para cuando encontraron a Jacob, ya estaba muerto en su apartamento, con espuma en la boca. Para cuando lo llevaron al hospital, era demasiado tarde.
La autopsia mostró que murió de una sobredosis de drogas.
Cuando Adam recibió la noticia, su rostro se tornó aterradoramente sombrío, con un frío en sus ojos que parecía permear el aire.
Su gente acababa de descubrir que Jacob estaba vivo, y lo siguiente que supieron, fue que lo habían encontrado muerto por una sobredosis de drogas. Qué coincidencia.
Adam no lo creía, y Lily Bankston tampoco, pero con la muerte de Jacob, la pista que Adam acababa de descubrir se perdió de nuevo.
Al ver la expresión sombría en su rostro, Lily Bankston intentó consolarlo: