—Creo que me he explicado con claridad —el comisario político dejó el bolígrafo en su mano y miró a Qiu Chenxi de manera seria y fría—. Además, el ejército ya te adelantó sobre este asunto hace diez días y te pidió que estuvieras preparada para ello. Si no recibiste el mensaje, está bien, ¡traeré a esa persona aquí para que clarifique cómo te pasó el mensaje!
—No, comisario político, ahora que Qiao Nan se ha ido, soy la única en el ejército que sabe enseñar inglés. ¿Cómo podrían ustedes...? —Sí, hace diez días recibió el mensaje de que el comisario político la expulsaría del ejército y le pidió que se fuera.
Sin embargo, si tanto ella como Qiao Nan se iban, no quedaría nadie en el ejército que pudiera enseñar inglés.
Aprovechando este hecho, Qiu Chenxi estaba esperando a que Qiao Nan se fuera para poder asegurar su lugar en el ejército. Nadie podría hacerla irse entonces.