Shi Qing No Tenía Esperanzas

Como padre, saber que su hijo estaba herido y que aún así no descansaba sino que le llamaba a la hija de otra persona para tranquilizarla diciendo que estaba bien, definitivamente uno no se sentiría feliz al respecto.

Gente como Zhai Yaohui definitivamente estarían enojados y celosos.

—¡Qué! ¿Herido? ¿Es realmente algo no grave? No debes mentirme. No, tengo que verlo por mí misma! —Miao Jing sacó conclusiones precipitadas de evidencias insignificantes. Tan pronto supo que su hijo estaba herido, aunque no fuera grave, tenía que verlo con sus propios ojos para estar tranquila.