Bien Podríamos Ser Vecinos

Sosteniendo la suma de dinero en sus manos, Shi Peng no rechazó. —Está bien, a partir de ahora seremos vecinos. Apoyémonos y ayudémonos más el uno al otro. Aunque he comprado la casa, todavía falta algo de tiempo para el cambio de titularidad y el papeleo correspondiente. Pasarán algunos meses antes de que me mude. Durante este período, necesitaré que me ayudes a vigilar mi casa. Te pasaré las llaves. Cuando Qing Qing vuelva durante el fin de semana, puedes pasárselas a ella.

Qiao Nan era una buena señora. El padre de Qiao Nan tampoco estaba mal. Era honesto y no codicioso.

—Eso ciertamente no es un problema —después de haber devuelto el dinero, Qiao Dongliang se sintió mucho más tranquilo.

Con respecto al hecho de que Shi Qing era hija de un oficial del ejército, Qiao Dongliang estaba más dispuesto a cuidar de ella. No obstante, Qiao Dongliang no se sentía cómodo aceptando el dinero de Shi Peng.

—Adiós. —Adiós.