El asesino era terco

El asesino parecía muy ordinario. Sería completamente ignorado si se paraba en la multitud.

Cuando vio que la persona que entraba era Jiang Li, simplemente cerró los ojos y permaneció inexpresivo. Era como si pudiera aceptar todos los interrogatorios, pero no diría nada.

Jiang Li sostuvo el colgante y se paró frente a él. —¿Quién es la persona detrás de todo esto?

Si lo interrogaba usando su método, definitivamente no revelaría nada.

—No puedes esconderte de ellos todo el tiempo —dijo el asesino con desdén.

Jiang Li iba a morir en sus manos tarde o temprano.

—¡Oh! Sin embargo, tú morirás antes que yo —dijo Jiang Li y pasó detrás de él. Agarró la parte trasera de su cuello y de repente usó su fuerza.

El asesino se quedó mirando con los ojos bien abiertos, incapaz de hacer ningún sonido.

Era ese tipo de sensación aterradora de nuevo.

—¿De verdad no lo vas a decir? —preguntó Jiang Li.

En tales circunstancias, el asesino forzó unas palabras: