La Tessa Retorcida

—La expresión de Xing Yue se oscureció mientras decía con voz fría —Ya que no quiere tomar la medicina, entonces que permanezca obedientemente en la Mansión Presidencial. Que no piense en volver a salir a hacer maldades.

—La enfermera dijo preocupada —Joven Maestro Xing Yue, la Señorita Tessa te hace caso más que a nadie. ¿Por qué no la convences de tomar la medicina?

—Xing Yue resopló fríamente y se giró para caminar hacia el otro lado. Su voz fría resonó en el pasillo silencioso —Dile que la hora en que tome su medicina será la hora en que me vea. De lo contrario, jamás la veré de nuevo.

—Sin embargo, justo cuando abrió la puerta, un guardaespaldas en traje negro se apresuró —Joven Maestro Xing Yue, ha ocurrido algo grave. ¡La Señorita Tessa se está autolesionando con cristales rotos!