—No es gran cosa. Tian Guo puede jugar con quien quiera. No soy su madre, así que no es asunto mío. Pero después de todo es mi compañera de clase... Tian Guo, ¿qué beneficio obtienes al jugar con Jiang Yu? —dijo Guo Yuan.
Tian Guo siempre había sido ridiculizada por Guo Yuan, así que ya estaba acostumbrada. Sin embargo, si Guo Yuan hablaba mal de Jiang Yu, no lo toleraría.
—¡Jiang Yu es muy destacada! ¡Puedo aprender mucho de ella! —dijo ella.
—¿De verdad? —Guo Yuan nunca había visto a Tian Guo así antes, así que no pudo evitar estar interesada—. Tian Guo, esta es la primera vez que te atreves a hablarme así —dijo.
Dai Zhu odiaba este tipo de personas excéntricas más que nada en su vida.
—¿Quién eres? ¿Crees que puedes decir esas cosas solo porque eres compañera de clase de Tian Guo? —dijo Dai Zhu.
—Mi boca es mía. Por supuesto, ¡puedo decir lo que quiera decir! ¡No es asunto tuyo! —respondió Guo Yuan, riéndose a carcajadas.
—¡Tú! —exclamó Dai Zhu.