Después de que Jiang Yu se fue, llevó a Lu Qi y Xue Ran a un nuevo restaurante de carnes para cenar.
Mientras comían, Lu Qi observaba cuidadosamente la expresión de Jiang Yu.
Sin embargo, su expresión era la misma de siempre, sin ningún defecto.
Jiang Yu notó su mirada y preguntó con una sonrisa:
—¿Tengo salsa en mi cara?
Lu Qi respondió con voz apagada:
—No.
—¿Qué te pasa? —Esta fue la primera vez que Jiang Yu había visto la expresión de Lu Qi.
Lu Qi golpeó el plato con un tenedor y preguntó:
—¿Realmente has roto tu relación con la familia Jiang?
Jiang Yu comió tranquilamente su bistec y respondió con voz tenue:
—Sí.
—¿Por qué no me hablaste de algo tan importante? —Lu Qi estaba descontenta.
Jiang Yu dijo:
—No es tan importante. Después de todo, he querido hacerlo durante mucho tiempo.
Sin embargo, Lu Qi todavía no estaba muy contenta porque Jiang Yu era su mejor amiga. Sin embargo, ella había vivido tantas cosas, pero no sabía nada al respecto.