—Hmm —asintió Guo Yi—. Esto realmente ha estado a la altura de las expectativas.
—Guo Yi sacó un Elixir y dijo:
— Dale este Elixir al pequeño príncipe, y seguramente se despertará en diez minutos.
—¡Sí! —asintió Bart.
Saite pellizcó el Elixir con sus delicados dedos como de jade y lo colocó gentilmente en la boca del joven príncipe, seguido de un poco de agua para tragarlo.
Todos miraban en vilo.
Goteo... Goteo...
El tiempo pasaba lentamente.
Tres minutos después, el joven príncipe se despertó lentamente.
—¡Mamá! —llamó el pequeño príncipe.
—¡Hijo mío! —Sara estalló en lágrimas de emoción.
Una madre amorosa cose la ropa punto por punto para su hijo que está lejos de casa.
Cose con cuidado, temiendo su retorno tardío.