Tomato

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Hace ocho años, su familia fue destruida y él quedó desamparado y sin hogar.
Ocho años después, regresó con venganza en su corazón, trayendo consigo la furia para quemar los cielos.
—Quiero que los cielos me teman, quiero que la tierra tiemble por mí, quiero que el mundo se vuelva loco por mí.
¡Guo Yi!
Un hombre de arrogancia despiadada, que despreciaba dar incluso una mirada de reojo a la gente común del mundo.
Una figura legendaria con una presencia dominante, valeroso y audaz como para desafiar a los seres de Jiutian.
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El Doctor Sagrado

Ante la multitud, Li Kaize naturalmente no podía inclinar la cabeza fácilmente.


En lo más bajo de la sociedad, la lucha es por un bocado de comida.


En lo más alto de la sociedad, la lucha es por un respiro de aire.


A personas como Li Kaize les importa la imagen, la vanidad. Ahora, frente a tantos de los Lis, ¿cómo podría perder ante un chico pobre del continente? ¿Cómo podría él, el joven maestro de los Lis, perder ante alguien tan insignificante?


Incluso si la Familia Wan estuviera detrás de él, ¿y qué? El poder de la Familia Wan en Hong Kong no era nada significativo, apenas digno de mención. Los Lis de Hong Kong no ignorarían los lazos familiares, ¿verdad? Seguramente no se aliarían con un forastero.


—Está bien —dijo Wan Lin'er burlonamente—. Realmente quiero ver con qué derecho tú, Li Kaize, puedes mantener a mi familia fuera de Hong Kong para siempre.


—Soy miembro del clan Li —declaró Li Kaize golpeándose el pecho, frenético de ira.


Capítulo 847: Arrodillándose y Rogando por Misericordia