En la sala de estar, Long Fei usaba su poder espiritual para condensar un horno y lanzaba trozos de metal con patrones negros en él.
Lin Yingying observaba desde un lado con el ceño fruncido, su mente reflexionando mientras veía a Long Fei crear objetos sólidos con poder espiritual.
Ella miraba a Long Fei como una fan enamorada, pensando para sí misma que ese era su hombre.
Aunque no era ostentosamente guapo, ningún otro hombre en el mundo podía comparársele.
Dentro del horno, las llamas brotaban ardientes.
El metal con patrones negros tintineaba y emitía bocanadas de humo verde.
Long Fei filtraba las impurezas tanto como fuera posible, dejando una solución metálica pura burbujeando en su interior como si fuera agua hirviendo.
La temperatura del horno era extremadamente alta, causando que la temperatura en la sala de estar también aumentara.
Afuera era un mundo de hielo y nieve, pero dentro se sentía como verano, haciendo que Lin Yingying rompiera involuntariamente en sudor.