Los ojos del Espíritu Toro Negro se abrieron con incredulidad; nunca había encontrado a un miembro tan descarado de la Raza Humana.
Sin intercambiar palabras, la pelea comenzó de inmediato.
Mientras sus cuernos se empujaban hacia adelante para encontrarse con el inminente puño de Long Fei, el Espíritu Toro Negro cargó ferozmente.
Luz Misteriosa destelló en sus cuernos, creando ondulaciones negras a su paso.
El puño se acercó con un viento aullante que erizó el pelaje del Toro Negro hacia atrás.
—¡Maldición, mi peinado está arruinado! —el Viejo Toro bramó.
Con un estruendo, el puño chocó con su cabeza, torciéndola violentamente y haciéndola rodar unos metros hacia un lado.
—¡Ni Ma! —[expletivo—similar a "¡Maldita sea!"].
Esta fuerza aterrorizó completamente al Da Heiniu.
Su cabeza giró mareada; estaba algo desconcertado.
Momentos antes, su potente carga podría haber destrozado montañas, pero ahora había sido enviado volando por el puño de un Humano.