Capítulo 37:Aceptando lo sucedido

Narrador:

Yuji recuerda con claridad el momento en que murió. Recuerda las espinas de Carnage atravesando su cuerpo... y, sin embargo, estaba aquí, respirando. Vivo.

Yuji Itadori:

-pensando-

(¿Cómo es posible? Morí... lo sé. ¡Morimos!)

Sukuna:

(Alguien nos trajo de vuelta, mocoso. No hay otra explicación. La verdadera pregunta es... ¿quién fue?)

—Yuji frunció el ceño mientras caminaba, su mente buscando desesperadamente respuestas.—

Yuji Itadori:

-Pensando-

(Aquel tipo... el sujeto rojo. Se veía más monstruoso que tú, Sukuna. Si fue capaz de conectar cuerpos como si fueran piezas de lego... capaz y también pudo revivirnos.)

—Algunas personas comenzaron a aparecer en la acera, así que Yuji bajó su conversación mental.—

Sukuna:

(¡Insolente! No compares mi aspecto de rey supremo con ese engendro rojo deforme.)

Yuji Itadori:

(Compararé lo que me dé la gana. Eres feo y punto.)

Sukuna:

-gruñendo-

(No creas que porque tienes tu dominio puedes hablarme así, mocoso.)

Yuji Itadori:

(¿Qué pasa? ¿Te ofendes ahora? ¿Te conviertieron en princesita, Sukuna?)

Sukuna:

(La próxima vez que pongas un pie en tu mente, te voy a recordar exactamente cuál es tu lugar, recipiente.)

-Ignorándolo, Yuji corrió rumbo al centro FEAST. Al llegar, su corazón se detuvo un segundo. Todos estaban... vivos. Perfectamente ilesos.

Con rapidez subió al segundo piso, buscando a la tía de su amigo. Estaba ahí, sonriendo, como si nada hubiera pasado. Yuji se quedó congelado-

Yuji Itadori:

-pensando, atónito-

(¿Cómo... es posible?)

May Parker:

¿Yuji? ¿Pasa algo?

-La amable voz de May lo sacó de su estupor.-

Yuji Itadori:

-Titubeando-

No... nada. Solo... no sé cómo decirlo.

-Se forzó a sonreír, ocultando su confusión-

Debo irme. Venía a avisarles que estaré fuera un rato. Es urgente.

-Sin perder tiempo, Yuji salió disparado-

---

Narrador:

Yuji atravesó Nueva York como un relámpago, deteniéndose solo para comprar todos los periódicos del Daily Bugle. Cada portada fue una decepción: ninguna mencionaba a Spider-Man.

Desesperado, comenzó a preguntar en la calle, pero las respuestas fueron como puñales:

"¿Spider-Man? No me suena."

"¿Estás seguro que existe?"

"Jamás escuché ese nombre."

La paranoia comenzó a carcomerlo. ¿Acaso toda la ciudad estaba conspirando?

Pasaron las horas y, entre preguntas frustradas, recordó algo: durante los dos años en este mundo, oyó rumores sobre un tal "Hechicero Supremo".

Agarrándose de esa última esperanza, corrió hacia la dirección que tenía grabada en la mente.

Frente a la casa, algo no cuadraba. Al tocar la puerta, su mano la atravesó como si fuera humo.

Cuando volvió a intentarlo, esta vez sintió la sólida madera.

Yuji Itadori (gritando):

¡¿Hola?! ¡Soy Yuji Itadori! ¡Busco al Hechicero Supremo!

—Las puertas se abrieron sin tocarse. Dentro, un gato espectral lo esperaba, sus ojos fijos como si hubiese estado aguardándolo.—

Gato espectro (con voz hipnótica):

Identifícate.

Yuji Itadori (molesto):

¿Y eso qué ti—

—Sin saber cómo, su mano golpeó su propia cara, y como un autómata, respondió:—

Yuji Itadori:

Yuji Itadori, ex agente de S.H.I.E.L.D.

Gato espectro (sereno):

¿Para qué visitas este lugar?

Yuji Itadori:

Busco respuestas. Algo... algo imposible está pasando y no sé qué creer.

Gato espectro:

Entonces, sígueme.

—Yuji, aún confundido y molesto, siguió al misterioso gato.—

Yuji Itadori:

¿Cómo hiciste para obligarme a hablar?

Gato espectro (mientras caminaba):

Un hechizo sencillo, pero irrompible para los no iniciados.

Yuji Itadori:

¿A dónde me llevas?

Gato espectro:

Con el Hechicero Supremo.

Yuji Itadori:

¿Y tú qué eres?

Gato espectro:

Una creación mágica. Un guardián... y un par de ojos prestados para mi amo.

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Narrador:

El extraño animal lo condujo hasta una gran sala circular. En su centro, en profunda meditación, estaba el mismísimo Doctor Strange.

Cuando Yuji iba a agradecer al gato, este desapareció como humo.

Strange abrió los ojos, observándolo con calma. Se puso de pie, acercándose a él con un aura de serena autoridad.

Doctor Strange:

Mucho gusto, Yuji Itadori. ¿Qué te trae hasta aquí?

Yuji Itadori:

Sé que va a sonar absurdo pero... ¿te suena el nombre Spider-Man?

—Strange parpadeó, pensativo.—

Doctor Strange:

No... no me suena en absoluto. ¿Por qué preguntas?

Yuji Itadori (frustrado):

Nadie en la ciudad parece recordarlo. ¡Nadie! Ni civiles, ni héroes, ni siquiera... ni siquiera el tipo que más lo odiaba.

—Se revolvió el cabello, al borde del colapso.—

Doctor Strange:

¿Puedes darme más detalles?

Yuji Itadori (sorprendido):

¿Espera... me crees?

Doctor Strange (sereno):

Fuiste miembro de S.H.I.E.L.D. Sabes que en este mundo existen misterios que desafían cualquier lógica. No necesito más prueba que tu convicción y quizás tal vez ver tus recuerdos.

Yuji Itadori (respirando hondo):

Entonces... te contaré todo.

—Yuji relató cada detalle mientras Strange lo escuchaba sin interrumpir, su mirada tan fija como una estatua.

Cuando terminó, Strange se acercó un poco más.—

Doctor Strange:

¿Me permitirías ver tus recuerdos?

—Yuji dudó apenas un instante, pero asintió.

Con un gesto, Strange invocó un hechizo. Las memorias más recientes de Yuji se desplegaron ante él como una película.

Tras unos minutos, el conjuro se deshizo, y Strange lo miró con gravedad.—

Yuji Itadori:

¿Y...? ¿Qué viste?

Doctor Strange:

Es preocupante. Muy preocupante. Ahora entiendo tu desesperación.

Yuji Itadori (insistiendo):

¿Y la razón es?

Doctor Strange:

Te cruzaste con Mephisto.

Yuji Itadori:

¿¡Me qué!?

Doctor Strange (explicando con solemnidad):

Mephisto no es simplemente un demonio. Es un ser primigenio, una entidad del caos que manipula la realidad y los recuerdos a su antojo.

Él no mata cuerpos: mata ideas, mata recuerdos, distorsiona el tejido mismo de lo que es real.

Si Spider-Man existió... Mephisto lo ha borrado de la memoria colectiva. Y tú... por alguna razón, conservaste el recuerdo.

Yuji Itadori:

¿Tan poderoso es?

Doctor Strange:

Sí. Necesito que hagas algo por mí. Habla directamente con Reed Richards. Dile a Nick Fury que debe contactarlo a través del canal directo que S.H.I.E.L.D. tiene con los Cuatro Fantásticos.

Y dile a Reed que esté muy atento… algo importante sucederá en el transcurso de esta semana.

Yuji Itadori:

Entendido. La cosa es que yo me demoro en llegar al helycarriel por mi mismo.

Doctor Strange:

No hay tiempo, hay que avisarles de inmediato. Además, voy a lanzarte un hechizo de protección.

-Strange camina de un lado a otro mientras reúne los ingredientes para el conjuro-

Yuji Itadori:

¿Protección? ¿Contra qué?

Doctor Strange:

Es un escudo mágico. Tengo el presentimiento de que tu presencia en este universo no es casual.

-Mientras Strange conjura el hechizo, el aura mística comienza a envolver a Yuji-

Narrador:

Con el deber en mente, Strange instruyó a Yuji para que fuera directamente al Helicarrier de S.H.I.E.L.D. a pedir una comunicación con Reed Richards.

Aunque inseguro, Yuji obedeció. A través de un portal abierto por el Hechicero Supremo, cruzó sin dudar. Strange, sin embargo, se quedó atrás.

Yuji apareció en pleno Helicarrier, donde encontró a Nick Fury conversando con Carol Danvers. Al parecer, el destino había repetido ese encuentro... pero esta vez Yuji no perdería el tiempo.

Yuji Itadori:

Necesito hablar con Reed Richards. Es urgente. El Hechicero Supremo me envió.

-Fury y Carol intercambiaron una mirada confusa. Sin embargo, la seriedad del joven era innegable-

Nick Fury:

¿Extraño te envió? Eso no pasa todos los días…

-Después de una breve conversación, Nick accedió a la petición y establecieron contacto con el líder de los Cuatro Fantásticos-

Reed Richards:

¿Y qué dijo exactamente Strange?

Yuji Itadori:

Que debemos estar atentos. Algo importante ocurrirá dentro de una semana.

Reed Richards:

Si Strange no pudo venir él mismo y te mandó a ti… debe ser grave. Mantendremos vigilancia.

Yuji Itadori:

Gracias por entender. No quiero causar más molestias. Si pasa algo, estaré disponible.

Reed Richards:

Cuídate, muchacho.

Narrador:

Más tarde ese mismo día, tal como en el capítulo anterior, Carol se presentó ante Yuji. Esta vez, él se mostró más seguro de sí mismo. Sabía que Carol no era del tipo que obedecía sin más… y eso le agradaba.

Narrador:

Mientras tanto, en un apartamento de Nueva York…

Felicia Hardy, aún vestida como Black Cat, observaba con incredulidad. Frente a ella estaban sus padres: Lydia... y su padre, Walter Hardy. Aquel hombre había muerto hacía años de cáncer.

En su mano temblorosa apareció un papel extraño que aún no había leído.

Felicia Hardy:

¿Papá...? ¿Eres tú? Esto… esto no puede ser… tú… tú estabas muerto…

Walter Hardy:

Créeme, hija… estoy tan confundido como tú. Yo también recuerdo morir… pero estoy aquí.

Narrador:

Lydia Hardy, paralizada por el asombro, se desmayó sin decir palabra

Walter Hardy:

¡Amor!

-la sostiene con cuidado y la recuesta en una pared-

Felicia… ¿cómo ha sido la relación con tu madre desde que…?

Felicia Hardy:

Distante. Fría… como si todo hubiera quedado en pausa.

Walter Hardy:

¿Y decidiste… seguir mis pasos?

Felicia Hardy:

Sí. Me convertí en ladrona… como tú.

-Walter permanece en silencio. Entonces nota la hoja en manos de su hija-

Walter Hardy:

¿Y eso que tienes ahí?

Felicia Hardy:

Apareció de la nada. Pensaba leerlo después… pero creo que está conectado con todo esto.

-Felicia empieza a leer. A medida que sus ojos avanzan por las palabras, sus lágrimas fluyen más intensamente. Reconoce el estilo: la carta era de Spider-Man.-

Narrador:

Felicia le contó a su padre todo: sus aventuras como Black Cat, quién era Peter Parker… y también sobre Yuji Itadori.

Narrador:

Horas después, cuando ya caía la noche, Yuji hacía guardia en el centro F.E.A.S.T. Estaba en la entrada cuando notó a una mujer de cabello blanco acercarse. Algo en ella le resultaba familiar…

La mujer se detuvo frente a él. Lloraba, pero sin sollozos. Sólo lágrimas silenciosas. En ese instante, Yuji supo de quién se trataba.

Felicia Hardy:

Dime que tú… no lo olvidaste.

-Yuji negó con la cabeza, con expresión dolida-

Yuji Itadori:

No. No lo he olvidado. Strange me dijo que Mephisto borró a Spider-Man de la memoria colectiva… pero por alguna razón… tú y yo aún lo recordamos.

Felicia Hardy:

Yo sé porque… pero es mejor que lo leas tú mismo.

-Felicia le entrega la carta. Yuji la lee con atención. Cuando termina, su rostro refleja incredulidad… y rabia. Al llegar a la última línea, sus manos tiemblan-

Yuji Itadori:

"Por favor, Felicia… trata de llevarte bien con Yuji"...

-Se cubre el rostro. El odio que ya sentía por Mephisto crece aún más-

Narrador:

Ambos se desahogaron. Decidieron, por deseo de Peter, intentar llevarse bien. Felicia le contó que sus padres habían vuelto misteriosamente… y que, por amor a Peter, intentaría cambiar su vida.

Narrador:

Desde su dimensión infernal, Mephisto observaba la escena desde una burbuja ardiente.

Mephisto:

Nunca especificamos cuánto tiempo debía vivir el padre de esa chica… tal vez lo deje un tiempo más.

Quizás, si su alma se purifica… podría añadirla a mi colección.

-Pone una mano en el cristal místico y sonríe-

Y ahora recuerdo a este chico… el que destruyó al autómata vinculado a esa mujer. Sí… será un problema.

Pero ya tengo preparado mi plan para atrapar el alma del Capitán América.

Antes de ir con Victor… visitaré a este mocoso de cabello rosa.

Narrador:

A la mañana siguiente, Yuji había detenido a un par de criminales y los entregaba a la policía. Luego, subió a la cima de un edificio para descansar. Pero entonces… una presencia lo alertó.

Yuji Itadori:

¡Técnica maldita! ¡Aliento de fuego!

-Exhaló una llamarada hacia quien estaba detrás-

Mephisto:

-Recibiendo el fuego sin inmutarse. Levanta su dedo índice y la llama gira alrededor de él hasta desvanecerse-

Vaya… puedes convertir tu energía en fuego también. Interesante.

Yuji Itadori:

Habla rápido. Tu cara me da náuseas. Quisiera insultarte en todos los idiomas del mundo.

Mephisto:

¿Cuál era el nombre de aquella que según tú… murió por mi culpa?

Yuji Itadori:

Dayanne.

Mephisto:

Ah… ¿la de uniforme de policía?

Yuji Itadori:

Sí. ¿Por qué preguntas?

Mephisto:

Para esto...

-Tras decir esas palabras, chasqueó los dedos. Un torbellino de fuego se formó frente a ellos, girando con violencia. Cuando las llamas se disiparon, una figura emergió entre el humo: era Dayanne-

Yuji Itadori:

Tiene que ser una broma...

-dijo, frunciendo el ceño, molesto y serio. Pero al ver a la mujer que había amado, su expresión cambió de inmediato. Su rabia se apagó, reemplazada por una mezcla de sorpresa y emoción contenid-

Mephisto:

No es una broma

-dijo con calma, como si disfrutara de cada segundo-

(Estoy curioso por ver cómo se desarrolla esto)

-dijo lo anterior en su mente-

Dayanne:

¿Yuji...? ¿De verdad eres tú...?

-preguntó ella con la voz temblorosa, claramente alterada, casi paranoica-

Yuji Itadori:

S-soy yo, Dayanne... puedes estar tranquila

-Respondió él, acercándose lentamente-

Dayanne:

¡Te extrañé tanto! No puedo creer que te esté viendo otra vez...

-exclamó mientras corría hacia él y lo abrazaba con fuerza-

Yuji Itadori:

-Mientras la abrazaba, sus ojos se desviaron hacia Mephisto. Aún dudaba de la situación. ¿Era esto real... o una trampa más?-

¿Esto es una ilusión tuya? ¿O alguna especie de truco?

Mephisto:

Si quisiera matarte, lo haría sin que te dieras cuenta. No uso trucos baratos. Ella es completamente real. Su alma... y su cuerpo... ambos fueron recuperados del momento exacto en que la obtuve.

Dayanne:

Yuji... ¿sabes quién es ese sujeto?

Yuji Itadori:

Lo sé muy bien. Es algo que no debería existir. Y es la segunda cosa que más odio en el mundo...

Dayanne:

Yuji... aquella vez, en mi patrulla... ¿qué era lo que querías decirme?

-preguntaba con curiosidad genuina porque ella recuerda exactamente ese momento antes de que iron Man los interrumpiera-

Yuji Itadori:

Que te amaba. Y todavía te amo. En tu funeral, fui el último en irme. He intentado seguir adelante, pero no puedo. Daría cualquier cosa por retroceder el tiempo... y evitar que me separaran de ti cuando ese maldito hombre de hojalata me llevó. Te sigo amando como si nunca te hubieras ido.

Dayanne:

Yo también te amo, Yuji... Nunca me atreví a decírtelo. Siempre esperé que tú lo hicieras primero...

Mephisto:

Vaya, qué conmovedor... Entonces, Yuji, si la amas tanto, te haré una propuesta.

Puedo devolverla a la vida, de forma permanente. Será tuya otra vez, como si nunca se hubiese ido.

Yuji Itadori:

¿Cuál es el precio?

Mephisto:

Es simple, realmente. Incluso puedo cumplir mi parte ahora mismo, devolverle la vida en este instante... si aceptas cumplir la tuya.

-sonaba tan seguro y extrañamente amable pero se notaba de lejos que había una segunda intención-

Yuji Itadori:

¿Y cuál sería mi parte?

Mephisto:

Matar a Nick Fury.