La mirada de Xavier permaneció fija en ella, su expresión indescifrable, su silencio se extendió más de lo que ella había anticipado. Anastasia continuó, su voz firme. —Estoy segura de que Tracie ya te ha contado la mayor parte de lo que hago. Vamos tras el mismo enemigo, Xavier. ¿Por qué luchar por separado cuando podemos trabajar juntos para derribarlo?
La oferta quedó suspendida en el aire cargado, cada segundo se sentía más pesado que el anterior, espeso con la tensión no expresada y el peso de lo que tal alianza podría significar.
—¿Por qué debería confiar en ti? —preguntó Xavier, su tono agudo y precavido. Sus ojos oscuros se clavaron en los de ella, buscando cualquier indicio de engaño.