La atmósfera romántica había sido completamente arruinada por esta desconcertante llamada telefónica, para molestia del hombre.
Mirando la cara tensa de Yan Ling, no pudo evitar preguntarse cuál era la relación de ella con la persona que había hecho la llamada.
Yan Ling colgó rápidamente el teléfono.
Ella absolutamente no podía dejar que el Rey supiera quién había llamado o su identidad sería revelada.
Revelar su identidad en territorio enemigo seguramente la llevaría a un callejón sin salida.
Tenía que encontrar una manera de dejar esta habitación lo antes posible.
—Señor Rey, usted solo me pidió que fuera su líder del equipo, pero nunca mencionó nada sobre compartir cama. Eso no forma parte de mis deberes —protestó ella.
—¿Acaso alguna vez te describí detalladamente cuáles son los deberes de un líder del equipo? —replicó el Rey.
Reflexionando, Yan Ling se dio cuenta de que no lo había hecho.
¡Había sido demasiado apresurada!