—Sr. Barrett, ¿deberíamos llevarnos al Emperador Subterráneo ahora? —Las palabras del subordinado interrumpieron los pensamientos de Barrett, y él replicó impaciente—. ¿No es obvio? Ten cuidado con él.
Con eso, su mirada se desvió involuntariamente hacia su padre.
Algo pareció golpearle, y sus ojos se abrieron de sorpresa.
¡Dios!
¿Había sido su padre también hechizado por ese Wesley?
Pensó en la actitud inusual de su padre hacia Wesley más temprano.
Un escalofrío de repulsión recorrió a Barrett.
Maldito niño bonito, hechizar al Rey ya era suficientemente malo.
¿Podría estar intentando seducir a su padre también?
¡Maldición!
¡Jamás permitiría que tal rostro bonito se convirtiera en su "barato" papá!
Barrett juró en silencio que debía prevenir que su padre se encontrara con Wesley en el futuro.
¡Que ese niño bonito continúe atormentando al Rey!
Con estos pensamientos en mente, Barrett se acercó directamente a Yan Ling.
Dijo con severidad: