Luo Qi cerró los ojos.
Sólo en los brazos de Linxi se sentía mínimamente vivo, en lugar de un zombi sin rumbo.
Pero cuando se calmó, todavía estaba preocupado.
—Voy a ver qué está haciendo Wesley —dijo.
Al ver que Luo Qi todavía dudaba de sus capacidades, Linxi no pudo evitar impacientarse.
—Hermano, ¡realmente me estás enfadando! ¡Sal de aquí ahora, este es mi laboratorio, puedo manejarlo yo sola! —exclamó.
Ante la ira de Linxi, Luo Qi no sabía qué decir. Viendo su furia, sólo podía apartarse por el momento.
Sin embargo, cuando entró en el ascensor, dudó.
Decidió revisar a Wesley en el laboratorio por Linxi.
Justo cuando dio un paso hacia adelante, la voz de Linxi llegó a través del comunicador.
—Hermano, sé lo que estás planeando, vuelve. Si cuestionas mi decisión otra vez, ¡no me culpes por enfadarme contigo! —advirtió.
Luo Qi quería explicar, pero ella ya había cortado el contacto furiosamente.
Impotente, tuvo que olvidarse de ir e investigar.