—Todo parecía ir bien, pero justo entonces —el mayordomo entró apresuradamente, sus ojos llenos de lágrimas, su voz ahogada por la angustia—, maestro... ¡ha ocurrido algo terrible! El Joven Maestro ha sido hospitalizado.
—Li Wenhao se quedó atónito por un segundo, aún sin comprender completamente qué había ocurrido. Parpadeó:
—¿Qué pasó?
—Parece que no puede ver... Los médicos están haciendo pruebas, pero las perspectivas no son alentadoras.
—¿¡Qué!? —Li Wenhao se levantó en pánico, pero olvidó que su otra pierna estaba enyesada, casi cayendo al suelo.
—Rosie escuchó esta terrible noticia, sus ojos se abrieron de par en par en shock, su pálida y delicada mano cubriendo su boca, repitiendo en inglés, probablemente significando que esto no podía ser verdad.