"Encerrados"

Aquí otro capítulo dejen sus piedras ya saben.

Si se dieron cuenta aumente un poco la cantidad de palabras.

El problema era usar chatgpt para correjirlas.

Pero como ya le agarre la mano ahora puedo correjir más de 2000 palabras tranquilamente.

Espero disfruten el capítulo.

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"Entonces, repasemos", dijo Stephen mientras presionaba su frente con cansancio.

Alrededor de él se encontraban la mayoría de los alumnos de Gryffindor que encontraron en el camino para pedir ayuda.

"Lavender, Katie Bell y Seamus entraron, pero Seamus y Lavender empezaron a pelear en la entrada y entraron sin pensar", dijo Fred, ayudando.

"Dean Thomas y Neville fueron los siguientes. Pero Neville vio a Trevor y empujó a Dean hacia adentro", añadió George.

"¿Y por qué demonios estaba el sapo de Neville aquí?" gritó Stephen con ira, mientras Neville se escondía detrás de sus compañeros. Los demás miraban hacia otro lado para no ser víctimas colaterales.

"Bueno, siguiendo. Harry, Ron y Hermione. Hermione vio los libros, enloqueció y empujó a los dos adentro. Lo mismo pasó con McLaggen y Percy. El culpable esta vez fue nuestro prefecto Percy", decía Fred, mientras Hermione y Percy se hacían los sordos, escondiéndose entre los libros que estaban leyendo.

"Y las finales fueron Ginny y Luna, quien entró como si nada e incluso cerró la puerta para que no entre el frío. Y así estamos todos atrapados aquí", terminó Fred de contar a los presentes con una sonrisa.

"Bueno, obviamente el mejor curso de acción es pedir ayuda a los profesores", Percy habló mientras se levantaba de su asiento.

"Cállate, idiota. Tú fuiste quien dejó cerrar la puerta."

"Púdrete, Weasley."

"Idiota."

"Cabeza de troll."

Percy rápidamente volvió a sentarse luego de recibir insultos de todos los presentes. De fondo, parecía que los gemelos echaban más leña al fuego, pero Stephen decidió ignorarlos.

"Bien, por lo que veo tenemos dos opciones. La primera es morir aquí encerrados", dijo Stephen mientras levantaba un dedo.

"¡¿Qué?!"

"¡Jefe, no bromees!"

"¡Solo destruyan la puerta!"

Obviamente, era algo que los presentes no iban a aceptar.

"Y la segunda es pedirle ayuda a McGonagall y los profesores", dijo Stephen con una sonrisa mientras levantaba el segundo dedo.

"Vivir aquí no suena tan mal."

"Tal vez la comida alcanza. Longbottom trajo su sapo."

"Tal vez podamos aguantar hasta el próximo año a los nuevos alumnos."

"¿El canibalismo es una opción?"

Cuando se dieron cuenta de que deberían enfrentarse a McGonagall por entrar a la sala de profesores en horario de toque de queda y, sobre todo, siendo la mayoría de la casa de Gryffindor, todos se acobardaron.

"Está bien, iré a pedir ayuda a la profesora McGonagall. Seguro sigue en su oficina. Iré solo para que sea más rápido", dijo Stephen mientras se preparaba para salir sin llevar a nadie, ya que cada vez que iba con alguien más, como los Gryffindors que son, tenían que ser detenidos a cada momento.

Luego de volver a su forma fantasmal, Stephen se apresuró a la oficina de McGonagall. Cuando atravesó la pared, Flitwick y McGonagall estaban hablando.

Cuando Flitwick vio a Stephen, se sorprendió tanto que se desmayó. Aunque McGonagall lo miraba seriamente, rápidamente captó que Stephen no estaba muerto, lo cual fue fácil para Stephen de explicar.

"*Suspiro*. Entonces, ¿los estudiantes desaparecidos están todos atrapados y tú en esta forma saliste a pedir ayuda?" Luego de esperar que Flitwick despertara, Stephen le explicó todo mientras iban camino a la sala de profesores.

"No diré nada sobre entrar a la sala de profesores sin permiso y que los alumnos estén paseando luego del toque de queda, pero si el cuarto era la Cámara de los Secretos, ¡¿qué hubiera pasado?!" McGonagall enfureció, pensando en lo que podría haber pasado.

"No se preocupe, profesora. Estaba todo fríamente calculado", dijo Stephen.

"¡Cállese! Hablaremos de eso luego. Prosigamos", dijo McGonagall mirando cómo se abría la puerta. Detrás de esta estaban los alumnos que intentaban ocultar sus rostros avergonzados. Incluso algunos se escondieron debajo de una mesa.

"No puedo creer que todos los alumnos de Gryffindor... Ah, saben qué, hablemos de eso luego. Salgamos de aquí primero", McGonagall estaba a punto de largar un gran sermón, pero se detuvo ya que no era el lugar idóneo.

"¡Esos libros son tan antiguos! Deben de tener más de 1000 años, es fantástico", Flitwick rápidamente entró detrás de McGonagall cuando vio la enorme biblioteca.

"¡Filius!" gritó McGonagall furiosa, viendo al profesor enano entrar, ya que detrás de él la puerta se cerró rápidamente.

"..."

"¡Waaa, moriremos aquí!"

"*Sollozo*. Estamos perdidos."

Viendo a los alumnos llorar, Flitwick rápidamente se avergonzó, mientras McGonagall lo asesinaba con la mirada. Por lo que rápidamente se unió al rincón donde Hermione y Percy se encontraban escondidos detrás de sus libros.

"Todos cálmense. ¡Nadie va a morir!" McGonagall rápidamente calmó a todos y luego se dirigió a Stephen. "Señor Flamel, ¿podría hacerme el favor de ir en busca de Snape y Sprout? Deberían estar haciendo el recorrido en el segundo piso."

"Claro. Vamos, Harry, ayúdame", Stephen aceptó rápidamente y llamó al sorprendido Harry para que lo acompañara, quien no entendió por qué, pero intrigado por la forma fantasmal aceptó rápidamente.

"Pero antes de eso..." Antes de transformar a Harry en fantasma, le dio un golpe de dedo en la frente, dejando confundido a Harry, quien no llegó a decir nada antes de volver a sentir un golpe y salir despedido de su cuerpo.

Harry se acercó volando mientras se acostumbraba a moverse en esta forma. Todos lo miraron un poco raro ya que, en su forma fantasmal, tenía una curita con el dibujo de un mono.

"¿Qué pasa?" preguntó Harry ante las miradas raras de alrededor.

"Nada. Suerte, Harry", dijo rápidamente George con una sonrisa. Harry, ignorando un poco las miradas, salió detrás de Stephen.

"¿Por qué yo?" preguntó Harry, sobre por qué había sido elegido para acompañarlo a encontrarse con su archienemigo Snape.

"Porque será interesante ver la cara de Snape cuando piense que te volviste un fantasma luego de morir", respondió Stephen con una sonrisa y se apuraba a encontrar a Snape.

Pero cuando lo encontraron, Stephen se deprimió porque Snape no mostró ninguna sorpresa y solo los observó con calma. Parecía que sus viajes en busca de nuevos ayudantes habían sido vistos por varios fantasmas, quienes se lo contaron a los profesores. Excepto a McGonagall y Filius, ya que no era turno de ellos del recorrido de pasillos.

"Qué aburrido", dijo Stephen y dejó que Harry le explicara a Snape mientras él iba a buscar a Sprout. Antes de que Harry pudiera pedir clemencia y que lo dejara ir con Sprout, Stephen se movió a gran velocidad, dejando a Harry siendo observado fijamente por los ojos oscuros de Snape.

"Explique, Potter, y con prestesa, que no tengo todo el día", dijo Snape, mientras Harry, un poco abatido, se ponía a contar lo que pasó.

Mientras tanto, Stephen ya había encontrado a Sprout y estaban en camino hacia la sala de profesores, donde se encontraron a Snape con Harry esperando la llegada de ambos. Cuando Harry vio la llegada de ellos, se alegró de por fin ser liberado de estar con Snape.

Snape solo puso una cara oscura a ese comportamiento, ya que no era el momento de molestar al hijo de su rival.

Luego, Stephen explicó cómo abrir la habitación y remarcó varias veces que la puerta no debía ser cerrada. Cuando los profesores abrieron la puerta, detrás de esta vieron a todos los alumnos e incluso a los otros dos profesores que faltaban.

"Ni una palabra, Sprout", dijo McGonagall rápidamente, viendo a su compañera que contenía su risa mientras la miraba a ella y a Flitwick. Salió rápidamente de la habitación y, por si acaso, creó un tabique con transmutación que puso en la puerta.

"¡Jefe, Neville acaba de ser devorado por un sapo!", gritó rápidamente Seamus, mientras veía cómo las piernas de Neville entraban en la boca de la estatua de un sapo que se encontraba en un rincón.

Rápidamente, los profesores corrieron hacia adentro, mientras que Stephen se quedó atrás unos segundos para llenar de seguros la puerta, anclas e incluso medio escritorio para que no se volviera a cerrar.

Cuando llegó al lugar, el sapo había devorado a Neville y solo quedaba uno de sus zapatos.

"¿Neville está muerto?", preguntó Ron, asustado, sin acercarse a la estatua

"Nadie está muerto, Weasley. Solo tenemos que ver cómo sacarlo", dijo McGonagall rápidamente, calmando a los alumnos que estaban asustándose. "No se acerque, señor Flamel", advirtió McGonagall al ver que Stephen estaba demasiado cerca.

"No se preocupe, profesora. Creo que sé lo que puede ser... ", dijo Stephen, lanzando el hechizo de revelación. Mientras usaba el hechizo y alguna otra magia, se dio cuenta de que el sapo estaba conectado a una tubería que salía fuera de la habitación, y su función era encoger a la persona y enviarla por la tubería.

"Parece ser un método de transporte", dijo Stephen, tranquilizando a todos.

"¿Entonces Neville fue enviado a donde sea que esté conectado eso?" preguntó Harry.

"Sí. No creo que esté muy lejos. Debe estar en otra parte del castillo", dijo Stephen. Después de todo, crear una tubería lejos del castillo para transportarse sería poco útil.

"Debe ser un trasporte para personas por el castillo, algo asi se usaba antes de las Redes Flu. Como dijo Stephen, no eran muy útiles ni llegaban demasiado lejos, así que se utilizaban en grandes edificios para moverse dentro de ellos", explicó rápidamente Flitwick. Mientras iba a seguir de dónde se originó y todo eso una voz lo interrumpio

"Perdonen la interrupción, pero encontré a un alumno en la torre del reloj mientras paseaba por el castillo y me dijo que estaban aquí", dijo el profesor Dumbledore, entrando por la puerta, mientras Neville lo seguía detrás.

"¡Neville!"

"¡Qué bueno que estás bien!"

Rápidamente todos se alegraron de que su compañero estuviera a salvo.

"Debo decir que es una magnífica habitación la que encontraron, muchachos", dijo Dumbledore, mientras miraba a su alrededor.

"Tal vez pueda dársele uso. Después de todo, la profesora McGonagall recibe muchas quejas por la destrucción del patio sobre todo está cerca de los profesores". Dijo con una sonrisa.

Al escuchar eso, muchos alumnos se alegraron, dándose cuenta de que era un magnífico campo de entrenamiento.

"Aunque, obviamente, primero hay que investigar que no exista nada dañino para los alumnos. Ahora creo que es un poco tarde para estar fuera de sus cuartos. No se preocupen, no se les descontarán puntos, ya que estuvieron atrapados antes del toque de queda." Al escuchar eso de Dumbledore, todos los alumnos salieron corriendo para volver antes de que algún profesor se arrepintiera.

Obviamente, Snape no estaba muy feliz. Después de todo, era evidente que Dumbledore no quería descontar puntos a Gryffindor, y estaba dándoles una mano.

"Stephen, ¿puedo tener unas palabras con usted, si me permite?", dijo Dumbledore mientras se dirigía a su oficina, seguido de Stephen.

Mientras tanto, Harry volvía a su cuerpo y rápidamente se fue corriendo con los demás, bajo la mirada amenazadora de Snape.

En la oficina del director, luego de entrar, Stephen rápidamente se sentó sin ceremonias en uno de los sofás.

"¿Qué necesitas entonces, viejo?" preguntó mientras comía algunas golosinas que había tomado.

"Perdona que te llame tan tarde, Stephen. Es sobre la magia que me comentaron los fantasmas, la que Harry estaba usando para salir de su cuerpo."

"No. No se pueden hacer horrocruxes con ella", interrumpió rápidamente Stephen, dejando a Dumbledore y a los retratos de los antiguos directores muy sorprendidos.

"No sé por qué tanta sorpresa. Deberías haber visto a Harry. Tiene uno en la frente; aunque la tape con una curita, sigue emitiendo esa aura ominosa", dijo Stephen mirando fijamente a Dumbledore.

"No te preocupes, viejo. La magia astral no sirve de esa manera. Incluso si cortaras tu alma en partes y las escondieras, estas seguirían conectadas; es totalmente diferente a ser desgarradas con magia negra. No puedes volverte inmortal ya que, si te matan, simplemente mueres", explicó rápidamente Stephen.

"Eso es bueno entonces. Me deja más tranquilo", dijo Dumbledore con un suspiro. Creyó en Stephen, después de todo, ya que la magia oscura puede distinguirse, y la magia que usaba Stephen no tenía esa aura corrupta.

"La única manera de vivir más tiempo es como hizo mi maestro. Dejó una porción de su alma en una dimensión sin tiempo. Pero eso ya es imposible, ya que tal dimensión ya no existe. Y, aun así, mi maestro fue asesinado", dijo Stephen mientras se levantaba y se marchaba sin mirar atrás, soltando tal revelación que dejó sin habla a todos los retratos de los directores.