La verdad sale a la luz

***

(CONTINUACIÓN DEL ÚLTIMO ALTO)

Ella asintió —Eso es lo que él me dijo, no tiene una solución para esto —se llevó la mano a la cara y empezó a llorar.

Oberón la abrazó —No llores Selena, estoy aquí para ti, vamos a llegar al fondo de esto, ¿vale?

Ella sollozó y recostó su cabeza contra su pecho —Esto se está poniendo aterrador —susurró.

Él suspiró —Estoy aquí, no te preocupes por nada. Déjame ir a buscar al sacerdote de la luna, tú quédate con Due.

Due rodeó con un brazo sus hombros —Estarás bien, estaré aquí contigo el resto del día.

Selena asintió y apoyó su cabeza en su hombro.

...

Selena abrió los ojos, sintió un dolor entre las piernas. Gimió de dolor —Mis piernas —jadeó.

Due corrió a su lado —¿Qué te pasa?

—Mis piernas, se están partiendo —jadeó.

—¿Partiendo? —miró las piernas de Selena —¿Cómo que se están partiendo?

—No lo sé, me está matando —lloró.