El destino de Archi

—Archi, mi hijo —escuchó la voz reseca de Oberón—. Por favor, mi- mi hijo, detén esto.

Archi detuvo su mano cuando escuchó a Oberón llamar su nombre —¿Qué? ¿Cómo...?

Su disfraz se había caído.

Lágrimas brotaron en los ojos de Oberón al darse cuenta de cuánto lo odiaba su hijo.

—Lo siento, yo... no quise —tosió sangre—. Nunca quise lo malo para ambos —tosió de nuevo—. Ella huyó, pero luego juro que intenté encontrarla al principio, luego me detuve —una lágrima se deslizó por su rostro cortado—. Por favor escúchame hijo, dame una oportunidad.

Archi retrocedió —¿Qué quieres decir con que nos buscaste?

Los ojos de Oberón titilaron —Eso... —más sangre fluía de su boca—. Eso fue... al principio... cuando- cuando pensé que había encontrado a mi 'compañera destinada', nunca me di cuenta —hizo una pausa, estaba perdiendo fuerzas para hablar—. Yo-