—Levi, por supuesto, no me vio en realidad. Estaba neuróticamente seguro de que yo podía ver estas imágenes. ¡Su cara, descubierta en su expresión burlona y provocadora, miraba fijamente la cámara con un aire peligrosamente provocativo!
Aprieto los binoculares con fuerza, entrecerrando los ojos mientras suprimo la violencia dentro de mí.
—Hablando de eso, si no lo hubiese descubierto a tiempo, ¡esta mujer tonta se habría jugado la vida! ¿Viste bien esas heridas que tiene? ¿Las de la frente, dentro de su palma derecha? —mientras Levi habla, la sonrisa en su rostro se amplía, como si hubiera descubierto algo deliciosamente alegre, pero una mirada más cercana revelaría la compleja oscuridad en sus ojos.