—¡Un año! Entonces, ¿cuando salgamos, no habrán las flores amarilleado? —dijo Yue Mengli conmocionada.
—De cualquier manera, no puedo controlar este espacio en absoluto —Ye Yuan se encogió de hombros y dijo—. Cuándo salgamos depende completamente de él.
Yue Mengli no pudo evitar quedarse sin habla y tuvo un entendimiento más claro sobre la mágica naturaleza de la Perla Supresora de Almas.
Sabía que los medios de Ye Yuan eran inmensamente formidables. En términos de logros en el campo del alma divina, era la persona más destacada del Reino Divino. Incluso él no podía hacer nada al respecto, lo que demostraba que el origen de esta Perla Supresora de Almas era definitivamente extraordinario.
¡Crac! ¡Crac!
Dentro del espacio oscuro, de repente, relámpagos destellaron y truenos retumbaron. Rayos de relámpagos inundaron toda el área del espacio y en realidad formaron un océano de relámpagos.
Al ver esta escena, la expresión de Yue Mengli se volvió increíblemente fea.